El 20 de enero. Tuve mi segunda entrevista. Ya hacía días que estaba estableciendo un extraño contacto visual conmigo indicando la próxima entrevista. Mi esposa y yo fuimos a la entrevista y el se comportó muy decepcionado al verme junto con mi esposa. Me llevó a mí solo al cuarto de entrevistas y me dijo: «¡Ella está enferma y es mucho mayor que tú. Por favor, sepárate de ella. Yo estaba verdaderamente atónito y contesté: «¡Ella está muy apegada a mí!»
Yo le pedí que le diera algunas instrucciones espirituales, con lo que enseguida estuvo de acuerdo, pero el tenía otras ideas..
Sin pedirme permiso, comenzó a besarme en los labios por un rato y después me dijo que me desabrochara los pantalones y «materializó» un aceite que me untó en la piel arriba de mis genitales. Yo me sentí muy mal acerca de esto, pero lo acepté, ya que confiaba en Baba totalmente.
Entonces entró a mi esposa sola al cuarto privado de entrevistas y le dijo: «¡O te separas del joven o te corro de Puttaparthi!». Parecía estar como loco y furioso (me dijo después mi esposa). Ella comenzó a temblar de pies a cabeza. Cuando regresó del privado al muy poco rato, sonrojada y con miedo, nadie se atrevió a preguntarle que había pasado allá adentro.
Él me vio unos días después en el darshan y me preguntó si me había separado de ella o no. Yo le dije: «Todavía no». Él se volteó y dijo como para que todos lo oyeran: «¡Mal, mal muchacho!» Estaba tan agresivo y parecía irradiar un aura tan maligna, que me quedé pasmado. Nos salimos inmediatamente y fuimos al norte de la India a una peregrinación.
Aquí todo empezó a cambiar, pero después de cierto tiempo, decidí volver una vez más a Baba para aclarar las cosas. A finales de 1996 regresé a la India y obtuve una entrevista el 4 de diciembre. En la entrevista de grupo me preguntó: «¿De dónde eres?». Cuando le dije que era de Alemania el respondió: «¡También eres un Hitler!». Espantado pensé: «No es muy noble ¿no es así?».